9/02/2009

Litos

(En la tierra después de dos años de la desaparición del resto)

Nombre/Nick: Carlos/Litos

Edad: 21 años

Oficio: Soldador/Estudiante de Criminología

Rasgos físicos: Alto y de complexión recia y fuerte, pese a los intentos de tornear el cuerpo en el gimnasio, los periodos de escasez económica que lo hacen dejarlo y reengancharse constantemente hacen que a excepción de los brazos perfectamente definidos por levantar barias barras de hierro en el trabajo, su cuerpo simule ser el de una persona gruesa, además su anchura de espaldas propicia este mismo hecho.
Suele ser desaseado en cuanto a su higiene, pocas son las veces que está del todo afeitado y el pelo de vez en cuando está corto y otras tantas largo, como si se acordara de cortárselo solo cuando este ya ha crecido hasta suscitar la envida de otros. Sus ojos son oscuros, y cada vez se van acentuando mas las ojeras de su insomnio crónico, así como una total carencia de ilusión por la vida.

Rasgos psíquicos:
Con una más que nula confianza en el mundo y aquellos que le rodean, un sentimiento acompañado por hechos, se siente orgulloso de saberse sin un solo amigo en el mundo. Juicioso en sus actos y las consecuencias de estos, pero sin miedo, al menos no a las preocupaciones comunes como por ejemplo morir de un navajazo en una pelea de calle, pero sí a su vida, aquella triste existencia que por mucho que quisiera siempre seria monótona, triste y repetitiva, como lo eran todas. Tiende a conocer a la gente con un solo día y a saber tratarlos en consecuencia. Desinhibido completamente, irónico y sarcástico en su mente, con un sentido de la negra poesía de las relaciones entre las personas, aunque no para los oídos de los demás.

(En el mundo de fantasía después de los tres años):

Nombre: Argélion le Caigüt

Edad: 22 años

Oficio: Capitán Montaraz

Alineamiento: Caótico-Neutral (Capaz de llevar a cabo tanto terribles actos, como aquellos de supremo sacrificio por la vida de otro)

¿Dónde está?: Acechando al ejercito de More desde el bosque.

Historia durante un año:
Cayó en plenas estepas orcas, gracias a sus talentos alimentados por su familia, consiguió sobrevivir cazando y ocultándose, su estilo de combate era pulido para la época, pero las armas que podía robar no reflejaban sutileza y su pulido estilo no era innato como los de aquellos seres. Sin embargo, el tiempo y la supervivencia, un animo que no había conocido en la vida de ciudad hizo que aprendiera, que sobreviviera, aprendió a cazar. Animales y orcos.

Forjó sus propias armas con los metales de sus enemigos abatidos y los rudimentarios conocimientos que poseía que poco a poco iban cada vez perfeccionado más. Buscar los puntos vitales antes era cuestión de pensar, ahora era instinto. Poco a poco se ganó no sólo el respeto de las tribus orcas, sino su miedo, siendo conocido como una sombra acechante en las montañas, habiendo hecho varias veces cundir el pánico en una sociedad tribal y supersticiosa.

Al cabo de unos meses, unos montaraces dieron con su guarida, y pronto se hizo un hueco entre ellos en sus viajes, pulió su estilo de combate con dedicación, sin duda aquel tipo de vida le motivaba, comenzó unos estudios de la magia arcana que todavía hoy continúan a paso lento pues no le da tanta importancia al estudio como al manejo de la espada, combinando las rudas artes del momento con las mas sutiles aprendidas en su tierra natal.

Tras viajar por medio continente, encargándose junto a sus compañeros de viaje de varias partidas enemigas, pronto se dio clara su vocación en la estrategia militar antigua, algo que junto con el terror de los orcos ante su figura, le hizo ganarse un puesto como capitán de los montaraces. No era un alto rango, pero ya era más de lo que aspiraba a conseguir en tan poco tiempo.

Poco a poco se vio dirigiendo un grupo de montaraces y llevándoles a llevar a cabo misiones que ellos consideraban completamente imposibles con éxito, la ultima vez que desenvainó su espada y sus flechas surcaron el cielo fue para derribar a un dragón rojo joven en una emboscada, nadie lo comprendió, pero tras ello se sentó al lado del cadáver y no pudo evitar quedarse llorando como un niño en una mezcla de suprema felicidad por estar donde estaba, la pena por haber destruido a tal solemne criatura y el recuerdo de su hogar. No lo echaba de menos, eso se decía a si mismo, y realmente no creía que quisiera volver nunca...

Al cabo de un tiempo, un halcón llegó hacia su grupo. Un par de montaraces solitarios habían visto el avance de un ejército orco de unas proporciones monstruosas en comparación con nuestra partida. Envié a un par de jinetes a reunir fuerzas donde pudieran y enviamos nuestros propios halcones a los montaraces circundantes reuniendo una fuerza insuficiente mientras nos dirigíamos a una ciudad élfica completamente consumida, acechando al ejercito, nos superaban probablemente en una proporción de entre 50 y 100 a uno aún con los supervivientes que habíamos encontrado refugiados en el bosque, los seguimos durante días, dejando que mi mente trazara un plan. Había drows, así que podía esperarse una bonita aunque ruda y poderosa hechicera como líder de aquel ejercito. De nuevo descubría que sabía más de ese mundo que del suyo. No, no era así, ahora ese era su mundo.

¿Ahora cómo eres?: Seria figura acostumbrada a la vida solitaria hasta hace poco, pese a todo el trabar un compañerismo con sus subordinados le ha dado algún que otro ánimo ocasional en cuanto a su anterior e inexistente vida social. Realmente le gusta estar en ese mundo, siente que es su lugar, pero de vez en cuando, por un instante, se siente fuera de lugar antes de que su lógicamente disipe aquellos pensamientos. Físicamente, debido a la falta de alimento en territorio orco y a los ejercicios con la espada, ha conseguido primero adelgazar hasta la escualidez para luego ganar peso y junto con los ejercicios una musculatura media todavía sin definir del todo (tengo tripita y me mola xD).
Su mayor característica es que ahora libre de un fuerte orden establecido, sigue todavía mas a rajatabla dos leyes básicas para él “El fin justifica los medios” y “La supervivencia del más apto”. Su manera de pensar le ha llevado a una duda existencial durante los días en la estepa, desechada al cabo del tiempo, cuando desaparecieron, Tybalt, More, su novia (De la cual no sabría ni el nombre por el tiempo de juego) y el hermano de Pisuka (Gomen, pero te conozco por eso) ¿Vendrían a este lugar? Nah!